La Metro La Movida | |
Todo el mes de junio de jueves a sábado a las 8 de la noche se presentará esta obra en el Teatro Oficina Central de los Sueños Amerika a los ojos de Kafka Aunque Kafka decidió llamarla El desaparecido, fue finalmente Amerika el nombre con el que el mundo conoció esta obra inusual del checo. Sólo un genio de las letras como Kafka pudo describir tan fielmente un lugar que nunca conoció, y un drama que no vivió: la inmigración al Nuevo Mundo. Kafka; el nombre (y el hombre) de la desesperanza, del desasosiego, del dolor de la existencia, de la angustia y del sinsabor, expresados en grandes tesoros de la literatura como Cartas al Padre, El proceso, La metamorfosis y Muralla China, sin embargo dejó, entre su no muy prolífica pero sí intensa obra, un libro, no tan pequeño, en el que a diferencia de su restante producción literaria, abre una pequeña brecha de esperanza y se permite sutilmente vislumbrar la felicidad tras una divagación por el pedregoso camino de la vida.
Amerika es el título que recibe este kafkiano singular que el Teatro Oficina Central de los Sueños trae para su nueva temporada.
“Retomamos un texto de Kafka, que es una obra que él escribe más o menos en 1913 a partir de un cuento llamado El Fogonero. Él lo rehace y escribe esta gran novela. Esta es la historia de un alemán de 16 años que debe exiliarse de su país debido a que embarazó a una sirvienta, y va entonces tras el sueño americano, así como lo hicieron tailandeses asiáticos, chinos, turcos, en fin”, explica Jaiver Jurado, director, sobre este montaje que fue ganador de Beca de Creación de la Alcaldía en el 2004.
“En ese momento de eclosión económica tan fuerte, este joven llega allí, desembarcando de un gran barco, da inicio así a un periplo que incluye algunas experiencias cómicas y otras más trágicas, muy al estilo de David Copperfield o Tom Sawyer. Aventuras de juventud, de ese espíritu rebelde muy a lo Balzac”, indica Jaiver, destacando que esta novela rompe totalmente con el esquema conocido de Kafka, lo cual hace de esta obra una que hay que conocer para comprender realmente al escritor en toda su dimensión, que abarcó, para sorpresa de muchos, una obra de este estilo, llena de matices y de un perenne sentimiento de esperanza.
“Al final, después de muchos sinsabores, llega el personaje principal a Oklahoma, un lugar al que todos son bienvenidos. Max Brod, biógrafo, en las notas sobre la novela, dice que Kafka le abrió el cielo a este personaje, reencontrándolo con sus padres y dándole un trabajo, regalándole algo así como la felicidad, algo no usual en Kafka”. Expresa el director que es como un acto de compasión de Kafka por este desventurado, “el autor se compadece un poco y le construye un paraíso imposible, se da la libertad de romperse a sí mismo”, apunta.
La puesta en escena
Esta obra, que ha sufrido una reinvención después de su estreno inicial hace varios años, ofrece grandes momentos de teatralidad, y según cuenta Jaiver, tiene una gran posibilidad de personajes y de escenarios gracias a que su narración se nutre a partir de episodios colmados de personas, de sensaciones y de acciones. “Lo que hacemos es recoger los personajes y caracterizarlos con muchas acotaciones de una riqueza impresionante, lo cual le da mucha fuerza al montaje, inmerso todo en un universo kafkiano con una escenografía muy contemporánea”. Así, son en total 8 actores haciendo más o menos 40 personajes, todos pintorescos, todos profundos, y todos cargados de elementos que ayudan a comprender al pesimista, que en esta obra no lo es tanto, de Kafka.
“Acá el espectador asiste a una obra interesante, aventurezca y muy dinámica. A una observación aguda sobre la construcción de los personajes. Cuando el público se entera que Kafka nunca conoció Estados Unidos, se sorprende de la fidelidad con la que él describió a este imperio. Es una obra visionaria que planteó desde ese momento lo que sería este país”.
|
La obra se estrena tras el arribo del grupo a Medellín, luego de una exitosa gira nacional que incluyó a Bogotá y Sincelejo. |
El exilio
Este es el gran tema y la gran reflexión de esta obra: el exilio, el éxodo. El partir, las búsquedas, los abandonos, las ganancias y las pérdidas. Los descubrimientos y las ausencias. “El ser humano tiene en la genética el ser exiliado y exiliador, (si no existe esa palabra habría que proponerla porque es algo que existe). El exilio a causa de la guerra, o en pos del dinero. En cualquier lado el hombre o es exiliado o exiliador. Algunos, incluso, se exilian hacia adentro, y eso nos sucede a los artistas, tenemos que padecer muchas veces el exilio de una sociedad que considera que todo esto es fútil”.